lunes, 4 de julio de 2011

¡Vamos, no te azotes!

Heme aquí:
caminando
de un lado a otro
en plena crisis
existencial.
Llorando,
azotándome
por la dureza
de la soledad
a veces dolorosa
a veces asfixiante.

Heme aquí:
azotándome
el cerebro,
cuestionándome
fuertemente
sobre el oficio
de las letras
en estas
extrañas tierras.

Heme aquí:
en el balcón
en busca
de un poco de aire
mientras
esa niña de enfrente
es azotada
por enésima vez
en el día
con el cinturón
de su enloquecida
madre.

Heme aquí:
esta noche
caminando
en el pasillo,
escuchando
sus gritos
ya sin fuerza
que mañana
después
del sueño
me despertarán
muy temprano
buscando
una esperanza.

Heme aquí:
azotándome
como vil pendeja,
anhelando
mi privilegiada
infancia
mientras
esa niña
cuida
barre
lava
pide limosna
y se traga
sus lágrimas.

jueves, 19 de mayo de 2011

Señora: Francisco Céspedes

A ella le tocó esa vida
y se convirtió en señora
se vistió de la amargura
el corazón sin llanto
y una vida oscura.

No le dieron la mirada
que se besa con la luna
la sonrisa fue fingida
la caricia un llanto
todo fue mentira.

Y el alma le cambió
perdió la fe
y respiró venganza
cada hora
cada vez.

Señora a veces la vida
nos lleva hasta la locura
y solo nos salva el amor,
el milagro, aunque algún pedazo
nos queda en la duda.

No le dieron la mirada
que se besa con la luna
la sonrisa fue fingida
la caricia un llanto
todo fue mentira.

Y el alma le cambió
perdió la fe
y respiró venganza
cada hora
sin saber
que el tiempo no
te deja ver
como es que siempre
vuelve hacia el principio
cada vez.

Señora a veces la vida
nos lleva hasta la locura
y solo nos salva el amor
el milagro, aunque algún pedazo
nos queda en la duda.

sábado, 12 de febrero de 2011

Pequeños ángeles de la nada

Los angelitos
caminan extraviados
entre la oscuridad
guiados por el tacto
solo pueden sentir
el vacio de la nada.
Intentan volar sin éxito
la verdad cruel
como luz encegadora
les ha sido rebelada:
un hijo e puta les ha engendrado
solo para fracturar sus alas.
Los angelitos lloran
caminando entre la oscuridad
con los ojos hinchados de luz
escurriendo sangre entre las alas.
A ratos descansan
en seguida
reanudan la marcha.
Nadie sabe con exactitud
hacia dónde se dirigen
si es que acaso, avanzan.
Aceptan ser hijos del pecado
y la palabra culpa
sobresale tatuada
en sus pequeñas y huesudas espaldas.
Los angelitos no pueden volar
caminan, extraviados
entre la oscuridad
guiados por el tacto
solo pueden sentir
el vacío de la nada;
con los fragmentos de ella
imaginan tejer vendoletes
para secar la hemorragia.
A ratos descansan
en seguida
reanudan la marcha.
Nadie sabe con exactitud
hacia dónde se dirigen
si es que acaso avanzan.
Tal vez no van a ningún lado
solo se mueven, crecen
dejan hacer lo suyo a la naturaleza
Y aguardan
aguardan
¡aguardan!

viernes, 11 de febrero de 2011

El príncipe de las mareas

Alguna vez, tuve la maravillosa suerte, de tener un maestro en la universidad que me hizo ver buen cine, para ser sincera, todas las obras me encantaron, en particular: El príncipe de las mareas. Mi maestro, de profesión psiquiatra, utilizó esta película para hablar del psicoanálisis y temas así, pero, más allá de los conceptos teóricos, a mí me fascinaba la historia, un hombre que recurría a la negación, a la desmemoria, a la risa, para evitar enfrentarse a su pasado familiar lleno de violencia y dolor. “Olvidar todo, dejar el pasado atrás, cerrar la puerta.”
A primera vista, esta actitud puede resultarnos despreciable, cobarde, porque como bien dice una de las protagonistas principales: “se necesita valor para sentir el dolor.” Sin embargo, considero, que también se necesita valor para continuar el camino de la vida renunciando a sí mismo. Sobre todo, cuando en esos difíciles momentos, solamente ese es el camino, la única ancla para no hundirse en el caos. Esta, es la segunda vez que tengo el privilegio de ver la misma película y desde la primera, no dejo de preguntarme: no sé qué es más difícil en la vida ¿crecer siendo hombre o crecer siendo mujer? Al menos como mujer, se tiene derecho a externar sentimientos “porque la fragilidad es propia de las mujeres.” En cambio, como hombre mexicano se debe aprender a reprimirlos, porque eso reafirma su ser masculino: “no llore, qué, no es hombre.”
Vaya conflicto, el cuerpo queriendo llorar y los prejuicios sociales presionando la voluntad interna para impedirlo, cuánto peso añejo, cuánto dolor reprimido en el cuerpo de un hombre. Curiosamente, a Tom Wingo, el protagonista principal, le tocó la suerte de encontrarse con una psiquiatra, inclusive, de poder ser amado por ella. Pero en los países tercermundistas, ir al psiquiatra, es decidir entre pagar la terapia o la comida, la respuesta es simple, no alcanza la vida para darse semejante lujo. Pero, dentro de todas nuestras calamidades y conflictos sociales, existe la fuerza de voluntad en cada ser humano y cuando se está decidido a accionarla, suceden cosas verdaderamente sorprendentes, así puede uno encontrarse a hombres que en su infancia sufrieron un maltrato familiar tremendo y al tener por primera vez en sus brazos a sus hijos, decidieron no utilizar la violencia para educarlos, porque estaban conscientes de todo el daño que eso causaba. Esos hombres, al paso del tiempo, tendrán seguramente el amor y el reconocimiento de sus hijos…desgraciadamente, no puedo asegurar que así sea, para quienes a pesar de los Ejercicios de San Ignacio, los estudios en ciencias humanas y los métodos alternativos, han decidido lastimar, culpar, atormentar el corazón de sus pequeños e indefensos hijos, dudo mucho que en la vejez, su dios, el universo, se apiade de ellos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Monster, asesina en serie

Aileen Wuornos, existió en nuestro continente, vivió en la Unión Americana y “amó con todo su corazón, mente y alma” a Selby Wall, de eso, no tengo la menor duda.
Su historia real, duró 9 meses, entre 1989 y 1990, inició justo el día en que Aileen pensaba suicidarse, después de no hacerlo “solo quería una cerveza” y Selby le convidó una jarra de ésta. Aileen, necesitaba amor más que nada en este mundo, lo necesitó siempre, “de niña soñaba con ser artista de cine, ser hermosa y rica: lo creía con todo el corazón,” aunque a su alrededor dijeran que “solo soñaba.” “Cuando estaba deprimida, me escapaba a mi mente, a mi otra vida… viví mucho tiempo soñando así, en mi mente.”
Aileen Wuornos, fue violada a los 8 años por el mejor amigo de su padre, éste nunca la escuchó y el amigo siguió violándola por años, hasta que murió en un accidente automovilístico, hecho que alegró a Aileen, quien a los 13 años dio en adopción a su bebé. Se alejó de su familia, cuando se avergonzaron de ella por apoyar a sus hermanos con dinero producto de la prostitución ejercida. Se convirtió en prostituta de carretera, buscó el amor en los hombres, pero después de casi matarla a golpes mandándola varias veces al hospital, comprendió que en ellos no lo encontraría.
Aileen, necesitaba amor y Selby, le dio el amor que nunca antes había conocido, Selby era una hija de familia, de gente bien, pero amó a Aileen aunque la familia decía: “nosotros no tenemos nada que ver con esa gente.”
Aileen intentó dejar la prostitución, al asesinar a un hombre después de que éste la golpeó y violó, pero Aileen no sabía hacer otra cosa y las oportunidades no eran muchas para ella, Aileen siguió matando hombres porque en su experiencia, solo le habían hecho daño. Se convirtió en asesina en serie y con ello, dio una versión distinta a la historia de las prostitutas asesinadas por asesinos en serie, ahora la víctima se había convertido en verdugo.
Aileen, vivió con Selby una relación de 9 meses, antes de ser llevada a prisión, en donde se le condenó a cadena perpetua y después de 12 años se le aplicó la pena de muerte. Selby tuvo que ser la testigo presencial de los hechos y acusarla, Aileen asumió toda la responsabilidad, protegiendo a su amada, por encima de todas las cosas y contra todos los que pudieran hacerle daño, porque así es el amor entre dos personas, de distinto o del mismo sexo, el amor, es el amor aquí y en China, la actitud de Aileen, me recuerda una canción de la española Bebe: Y la dejaste volar/ y tus ojos lloraron hasta doler/ pero solo tú sabías/ que así tenía que ser… Sí, el amor, pero nuestra protagonista, interpretada increíblemente por la sudafricana Charlize Theron, lo explica mejor, sobre todo en su roll como prostituta:

“La amaba y algo que nadie notaba o creía sobre mí, es que podía aprender, podía prepararme para cualquier cosa. La gente siempre desprecia a las prostitutas, no nos dan oportunidad porque creen que es la salida fácil. Pero nadie imagina, la fuerza de voluntad necesaria para hacer lo que hacemos: caminar por las calles, noche tras noche, recibir ataques y recuperarse. Pero yo lo hice y todos se equivocaron, porque no tenían idea de cómo podía disciplinarme cuando creía en algo… y creía en ella.”

Antes de iniciar a escribir estos comentarios, sobre Monster, asesina en serie, obra cinematográfica, inspirada en la vida de Aileen Wuornos, abrí una cerveza, a mí, que no me gusta y algunas veces recurro a este líquido amargo por lo bien que me ayuda a conciliar el sueño, pero en esta ocasión, lo hice para brindar por Aileen y su actitud perseverante por encontrar el amor, si bien no lo conoció en casa, ni en la calle, intuía que existía dentro de ella misma y podía incluso ser capaz de compartir ese sentimiento con alguien tan distinta a ella como Selby Wall.

Salud, pues Aileen, al final del difícil camino, siempre tuviste el valor, siempre amaste… en estos difíciles tiempos, no todos lo hacen.

Qué tan lejos

Hace más de un año, topé con una mesa larga en el mercado de Tepito en Acapulco; llena de películas que no se habían vendido por no ser atractivas, por lo tanto, las estaban rematando en cinco pesos, allí encontré documentales y otras películas muy buenas, sin embargo, olvidé por completo una que adquirí, cuyo nombre llamó mi atención “Qué tan lejos”, en la portada: dos mujeres con espíritu explorador (al menos eso me pareció).
Al excusarme, puedo poner varios pretextos, pero la verdad es que a veces uno se acostumbra a creer aquello de que “la felicidad no es sexy”, de hecho, esta historia no está llena de felicidad, sino más bien de quietud o una quietud aparente, a ratos esa quietud es lo que más preocupa, similar al mito de la paz social. El contexto nos ubica en el Ecuador, con sus problemas como país tercermundista y latinoamericano, con sus bellos paisajes naturales y en el punto central el desamor que vive la principal protagonista: Teresa, quien en la mayor parte de la cinta se llama así mismo Tristeza. En cambio Esperanza, originaria de España, se encuentra explorando, conociendo el Ecuador y acompaña a Tristeza en un importante viaje de crecimiento personal como mujer.
La voz de la narradora, me agrada y orienta (como debe ser) ubicando datos históricos tanto de los personajes, como de los lugares urbanos o naturales por los que pasan.
Parece todo calma, pero no es así, así nos hemos acostumbrado a ver nuestra realidad, cada palabra, cada frase y situación, cada escena invita a reflexionar, a ratos hace reír por qué no. Los personajes se pueden contar con la mano, la escenografía es hermosa y económica, es la cotidianidad del Ecuador.

Pongo como ejemplo, este fragmento del diálogo entre Tristeza y Jesús, otro personaje que se les une en la parte final del viaje:

-No sé por qué a mí nunca me puede tocar una historia con final feliz
-Es que los finales felices dependen
-¿Cómo dependen?
-Depende dónde pongas el punto, el punto final, ve: si ponías el punto final de esta historia, el día que te enamoraste del man en la playa y ya, tenías tu final feliz. Subían música, crédito, aplausos y todo el mundo estaría contento, pero no, ahora el man se casó con esa zuca, la que le debe hijos, hacienda y ya, créditos, aplausos y ahí termina su historia, pero tú ya no. La tuya acaba de comenzar más bien.

El drama del desamor... como si para el que lo vive no hubiese en ese momento cosa más violenta, ningún arma letal se precisa, con unas gotas de desamor es suficiente para sentirse devastado.
Esta película, escrita y dirigida por Tania Hermida, hace alusión al drama de la pobreza, los conflictos sociales y políticos se demuestran con un paro o bloqueo a la carretera federal que se menciona y es la causa de que Tristeza y Esperanza viajen tanto tiempo juntas, se menciona que los militares pidieron amablemente al presidente que deje su cargo y en medio de todo eso: “la tontera” esta es la forma en como Tristeza llama al desamor por el que atraviesa, en medio del drama social, el drama personal. Los breves fragmentos de la literatura hispanoamericana, mencionados alternadamente en toda la historia, fungen un papel de comodín o gancho entre una y otra escena.
Esta obra, resulta en mi opinión, una propuesta latinoamericana interesante: ¿Qué tan lejos?...

viernes, 28 de enero de 2011

Para las niñas de color

Muchas personas afirman, que es mejor conocer el libro antes de ver la misma historia trasladada al cine, entre las razones utilizadas para sustentar esta afirmación, están en primer lugar, que el libro es la versión original y detallada, sin cortes, ni alteraciones, a demás, el ejercicio de lectura te permite imaginar, cada persona tiene la oportunidad de crear sus propias imágenes, de hacer su propio libro, en cambio, ir directo a la película te da una versión mutilada y en la mayoría de los casos mal hecha, muy alejada de la historia original para la cual el autor debió llevarse años en poder lograr.

Sin embargo, considero que en estos tiempos de severa crisis económica, comprar un libro, resulta en la mayoría de los casos un verdadero lujo y las copias de películas, se encuentran más accesibles al bolsillo de cualquier persona. Supongamos que un día cualquiera, se topa uno por “accidente” con una película como esta, titulada Para las niñas de color, basada en la obra de teatro de la escritora afroamericana Ntozake Shange Obie: Para las chicas de color que han considerado el suicidio cuando el arcoiris es enuf.

En mi caso, por ejemplo, además de disfrutar este poema llevado al cine, donde cada palabra que dicen los personajes es tan profundo, conmovedor y fuerte, llevando a cualquier mujer, incluso hombre (me atrevo a asegurar) a reflexionar, a reavivar sus emociones, me permite celebrar el descubrimiento de una nueva escritora afroamericana en mi vida, después de Tony Morrison o Alice Walker: Ntozake Shange Obie (ella que viene con sus propias cosas, que camine como un león) cuyo nombre real es Paulette Williams y entre sus múltiples habilidades, destacan la de poeta, bailarina y dramaturga, mujer sobreviviente a fuertes depresiones, mujer fuerte ella misma, creativa, propositiva y en constante movimiento, una escritora para seguirle la pista, gracias a mi encuentro “accidental” con su obra llevada al cine.

Los personajes, son mujeres de diferentes edades, en diferentes momentos de su vida, atravesando por situaciones difíciles que pueden llevarlas hacia el suicidio inmediato o en abonos, pero que a fin de cuentas, encuentran en ellas mismas la fortaleza para llegar al final de sus propios arco iris.

Todos los personajes son importantes, todas son maestras de vida, no obstante hay algunos personajes, cuyas palabras me resultan impactantes:

Tangie, una mujer que se describe a si misma no como una puta, sino como una mujer que le gusta coger, opina: He estado quieta mucho tiempo, encerrando lo que quería decir por mucho tiempo…Yo soy el viento de las mujeres en las ventanas…No puedes amar a alguien con tanto dolor dentro…deberíamos ser inmunes si seguiremos vivas.

Nyla, hermana de Tangie: Una vez estuve embarazada y me culpaba a mi misma.

Juanita, una enfermera solidaria y despreciada por su pareja: Así te ven cuando no te valoras, una tienda abierta…esta es un alma libre esperando por un beso…alguien se va casi con todas mis cosas…me he dado cuenta que a las chicas de color no les da miedo salir adelante.

Cristal, quien es abusada constantemente por su esposo, es cuestionada por su sabia vecina: ¿cómo podrías proteger a alguien, cuando no podrías protegerte a ti misma?…queda mucha vida mas en ti, la voz tienes que sacarla de ti.

Todos los personajes son entrañables, al final juegan con esta frase: Mi amor es tan grande…como para que me lo restrieguen en la cara.

Ver esta película en el mostrador y no llevarla, solo por esperar primero a encontrarse con la historia original escrita en el libro, me parece un crimen, cuando es más factible encontrar el filme que el texto, de todos modos, cuando hay interés auténtico por la obra no todo se queda en el DVD. En mi caso, Para las niñas de color, es una película, que a penas me resulta una hebra para atarmela al dedo y seguir buscando más de Ntozake Shange Obie.

martes, 25 de enero de 2011

Los hombres que no amaban a las mujeres

Interesante, resulta toparse donde uno menos se lo espera, con una producción cinematográfica como esta, cuando vi la portada y el título, sentí atracción y miedo, la chica en primer plano con una personalidad darketa, punk o emo, al fondo, el retrato de una mujer rubia totalmente opuesta en imagen a ella, el título era más tentador todavía: Los hombres que no amaban a las mujeres, por supuesto, después de leer a Susan Forward, uno entiende de inmediato que el título se encierra en una palabra: misoginia, los hombres que odian a las mujeres.

Tuve miedo y el miedo, me llevó también a comprarla en esa tienda de películas de Ñuu Oko (Pinotepa Nacional). No, no, no soy una analista capaz como para hacer una crítica cinematográfica, mucho menos literaria, de la obra original basada en el primer libro de la Trilogía Millenium que el autor y periodista de conciencia social de origen sueco Stieg Larsson, dejó a su muerte en el 2004, de acuerdo con la información proporcionada en la Internet, declaró haber escrito esta obra por las tardes después del trabajo para su propio placer.

Y sí, vaya placer que nos causa, si así está la película, ya me imagino cómo será de ameno y tentador el libro, estoy en la búsqueda del mismo, ya llegará a mi, ya tendremos el gusto de encontrarnos, donde menos lo espere, como esta película, donde el personaje de Lisbeth, me dejó una sensación de seguridad inmensa, ignoro hasta ahora, si corresponde tal cual al descrito por el autor sueco y la mera verdad, no me importa, su personalidad antisocial, me hizo relajarme sin el menor pudor, esa mujer menuda, pequeña, de apariencia inofensiva, capaz de pelear con hombres a pesar de ser superada en número y fuerza, una pequeña mujer, disciplinada, inteligente, sin quitar la vista del objetivo señalado, alguien podría tachar esta cinta de violenta, pero en todo caso, la violencia sirve en esta obra para demostrar, que una mujer, no importa su complexión y tamaño, puede afrontarla, siempre y cuando no se venza, no se deje encerrar en el círculo del agresor. Lisbeth es una mujer que lucha y ni siquiera es necesario para el autor sueco, describir, cuál es la vida que ha llevado, sin embargo, hace alusión a ella, sugiere una infancia también violenta en el seno familiar.

El personaje de Lisbeth menciona un derecho humano y clave en la vida de cualquier persona: Todos tenemos secretos. La escena donde se desarrolla el único y pequeño encuentro entre su madre y ella es fundamental, para explicar por qué después de tanto abuso y dolor experimentado, la opción de Lisbeth es blindarse como textura de caracol que al fracturarse se regenera por naturaleza:

-Lisbeth ¿tienes un hombre?
-Hay uno, pero no hay que enamorarse, eso tú lo sabes mejor que nadie.

Esta película, estrenada en el 2009, es exquisita, mantiene la atención todo el tiempo y deja una sensación de frescura y esperanza, asegurando que aún dentro del caos, de la muerte, puede nacer la vida.

Nota: todo se pone mejor, si al volver por segunda vez a la misma tienda de películas, te informan que la trilogía completa fue llevada al cine...

lunes, 10 de enero de 2011

Temores

I

Mamá:
tengo miedo a la oscuridad
el librito ese, nunca sirvió
tampoco la oración,
el oso de peluche,
ni las palabras mágicas.
Te extraño.


II

Ella murió
finalmente
Todavía allí,
me acosté a su lado
en la misma cama
para abrazarla por última vez
aunque estuviera muerta.
En ese momento sentí
que me faltaba el aire
como si me hubiesen
cortado la respiración.

Lady Laura: Roberto Carlos

Tengo a veces deseos de ser
nuevamente un chiquillo.
Y en la hora que estoy afligido
volverte a oir.
De pedir que me abraces y lleves
de vuelta a casa
Que me cuentes un cuento bonito
y me hagas dormir.
Muchas veces quisiera oirte
hablando sonriendo:
“Aprovecha tu tiempo
tú eres aún un chiquillo”
A pesar la distancia y el tiempo
no puedo olvidar.
Tantas cosas que a veces de ti
necesito escuchar
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura, y cuéntame un cuento
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura hazme dormir
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura.
Tantas veces me siento perdido
durante la noche
Con problemas y angustias
que son de la gente mayor.
Con la mano apretando
mi hombro seguro dirías:
“Ya verás que mañana las cosas
te salen mejor”
Cuando era un niño
y podía llorar en tus brazos
Y oir tanta cosa bonita
en mi aflicción
En momentos alegres
sentado a tu lado reía
y en mis horas difíciles
dabas tu corazón
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura y cuéntame un cuento
Lady Laura y hazme dormir
Lady Laura
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura llévame a casa
Lady Laura y cuéntame un cuento
Lady Laura
Tengo a veces deseos de ser
nuevamente un chiquillo
El pequeño que tú todavía
aún crees tener
Cuando a veces te abrazo y te beso
en silencio entendido
Tú me dices aquello
que yo necesito saber
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura, y cuéntame un cuento
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura
Lady Laura, abrázame fuerte
Lady Laura, y llévame a casa
Lady Laura, un beso otra vez
Lady Laura
Lady Laura, Lady Laura, Lady, Lady, Lady, Lady, Lady Laura
Lady Laura, Lady Laura, Lady Laura