Dafu, acostumbra
nadar en la piscina de un acuario, nada
tan bien como si fuera un pez, tanto que Old Wang asegura: nació en un cuerpo equivocado. La edad
de Dafu, no le permite ser aceptado en ningún lugar para personas con su
discapacidad, su padre en un momento de desesperación, piensa incluso en el
suicidio de ambos: He estado con él desde
que era un bebé…¿quién va a querer cuidarlo cuando yo no esté? Suele decir
constantemente.
Aún cuando
finalmente encuentran un lugar apropiado, Dafu deja claro que no se quedará
allí, sin la presencia de su padre, por lo tanto, Old Wang sabe que además de
enseñarle a valerse por si mismo, debe asegurarse principalmente de que su hijo
tenga plena certeza de que él nunca lo abandonará.
Por eso, a
pesar de la agonía en la que se encuentra debido a un cáncer en el hígado, Old
Wang nada disfrazado de tortuga, en la misma piscina del acuario junto a su
hijo, para hacerle comprender que las
tortugas viven muchos años y él siempre permanecerá a su lado. El ejemplo heroico
de este padre, que elige dedicarse por completo a su hijo, negándose incluso a
rehacer su vida al lado de una pareja, conmueve de tal manera a las pocas
amistades que tienen, que a su muerte, ellas asumen la responsabilidad de Dafu.
El agua, es un elemento que acompaña esta historia todo el tiempo, no solo en la piscina donde Dafu nada, sino también a través de la lluvia. El contacto físico entre ambos, el movimiento constante de las manos de Dafu, mediante las cuales percibe y se expresa, deja al espectador una sensación de esperanza y nos recuerda, el gran compromiso que tenemos con los nuestros.